Mindfulness es una práctica que desarrolla la capacidad de mantener tu atención plena a la cadena de momentos presentes que conforman tu vida, permitiendo que la transites de manera más consciente, para que puedas identificar y abrazar cada circunstancia con entereza. Viviendo con #Mindfulness todo tu potencial se manifiesta 🙌🏻.
A través de la práctica de atención plena al momento presente, Mindfulness, aprendes a conectarte más con tu vida. Esta conexión va más allá de las experiencias externas, tales como la alimentación, dormir, hacer ejercicio, relacionarte, disfrutar, trabajar. La práctica de la atención plena te ayuda también a involucrarte con lo que ocurre detrás del telón de tus ojos y tus sentidos, tu mundo interno, el que está compuesto por tus pensamientos, emociones, creencias y espiritualidad.
Desde la perspectiva occidental, Mindfulness, es prestar atención intencionadamente al momento presente sin juzgarlo 😌. Desde el enfoque del yoga, la práctica de Mindfulness se desarrolla a través de la atención plena en tu respiración, lo que te lleva paulatinamente a un estado de absorción mental, en donde la mente baja considerablemente la frecuencia de pensamientos (rumiar = pensar en exceso) logrando entrar en espacios progresivos de calma, gozo y presencia absoluta, es decir en Mindfulness. Ambas perspectivas, tanto la occidental como la oriental tienen exactamente el mismo fin, desarrollar la consciencia plenamente.
Cuando desarrollas esta práctica con la constancia y disciplina adecuada, tu vida cambia… y con ello no me refiero a que necesariamente cambien tus circunstancias, sino a que procesas los eventos de tu vida de una manera diferente, a través de un nuevo lente y una nueva luz 🙂. Ello sucede porque estás más atento, te das cuenta de cosas que antes pasabas por alto. Al estar más enfocado y presente pierdes menos tiempo, le haces menos caso a tus pensamientos erráticos y desordenados, eres más coherente contigo mismo, tomas decisiones más acertadas y en consecuencia, tu energía cambia y así mismo la forma como ves tu vida. De repente te das cuenta que el viento sopla a tu favor, cuando la verdad es que siempre ha sido así, solo que no te habías percatado, es entonces, cuando empiezas a navegar tu vida con mucha más fluidez.
La práctica rutinaria de Mindfulness desarrolla la capacidad de observarte desde adentro, ser el observador o testigo de tus pensamientos, emociones y acciones, ello te ayuda a des-identificarte de esas creencias o etiquetas que te hacen asumir que eres lo que piensas o sientes. Esta identificación muchas veces te lleva a un gran sufrimiento, pues son historias creadas en tu mente desde hace años y que en realidad puedes desechar en cualquier momento para construir un nuevo patrón mental. Cuando aprendes a salir de ese círculo vicioso, descubres una realidad más positiva, plena y llena de libertad.
Con pasos chiquiticos es más fácil.
Puedes acceder a esta práctica de distintas formas. Una de las maneras más sencillas es prestar diminuta atención a cualquier acto que realices. Por ejemplo, puede ser mientras te tomas un café. Comienza a llevar tu atención al olor, color, sabor, temperatura, sensación. Estás totalmente atento al acto de tomarte tu café ☕️😌. Esto puedes aplicarlo en acciones un poco más prolongadas, puede ser al desayunar, al bañarte, o durante una conversación.
La intención es llevar el foco de tu atención a las actividades que realizas durante el día y así poder disfrutarlas con plena consciencia.
Otra forma de practicar Mindfulness es sentándote en una postura cómoda, procurando que tu columna mantenga su curvatura natural y observando tu respiración nasal; puedes hacer unas cuantas respiraciones y si te animas a cerrar tus ojos sería mucho mejor. Comienza con unas cinco respiraciones diarias, y de ahí vas engrosando tu práctica a medida que te vas sintiendo cómodo.
Cualquiera de las opciones antes descritas son una excelente forma de iniciarte en una práctica de Mindfulness. Te recomiendo que empieces por pequeños pasos y no pretendas correr antes de caminar, ya que tu mente es experta en dispersarse, pensar y terminar en cualquier lado que estará muy distante de tu momento presente.
Hay técnicas más avanzadas de Mindfulness como las técnicas de pranayama (práctica de respiración controlada), la meditación y el programa que ofrece Jon Kabat-Zinn fundador del (MBSR) Mindfulness-Based Stress Reduction, pero tú puedes comenzar tu práctica de Mindfulness pasito a pasito en cualquier momento del día, más aún cuando sientas que estás muy estresado o disperso. Si este es el caso, te recomiendo hacer una pausa para desacelerarte. Apártate del ruido, gestión o detonante. Obsérvate sin juzgarte. Solo por unos pocos minutos permanece presente contigo. Voltea el lente hacia tus sensaciones. Observa sin juzgar tu respiración del momento, los latidos de tu corazón y tu temperatura corporal, verás cómo te reseteas y podrás volver a tus actividades con menos reactividad y más sosiego.
Busca el tiempo para calmar tu mente, es justo y necesario.
“No tengo tiempo…” es una frase de uso frecuente en esta era. Pareciera que el tiempo no nos da para hacer todo lo que queremos y menos aún para una práctica de Mindfulness diaria.
El manejo del tiempo es uno de nuestros grandes retos y parte de lo que lo hace complicado es que nos hemos desconectado de los horarios de la naturaleza, ignoramos el amanecer como la mejor hora para enchufarte de energía y el anochecer lo tomas como la segunda vuelta del día, extendiendo tus actividades hasta la madrugada. Seguimos nuestros relojes arbitrarios, ignorando el reloj de la naturaleza que nos indica claramente cuando debemos estar durmiendo, comiendo e involucrados en actividades, sin darnos cuenta que ello crea cortocircuitos biológicos que nos generan ansiedad, angustia, falta de tiempo, corredera, dispersión y por supuesto, poca capacidad para estar conscientes del momento presente.
Tomarte unos minutos todos los días para practicar lo que te sugerí en párrafos anteriores es una de las mejores formas que tienes para reducir el estrés disfuncional, alimentar tu creatividad, llevar tus relaciones con más balance y alinearte con los ritmos de la naturaleza. Esto hará que tengas más tiempo para enfocarte en tus planes.
Un estudio hecho por la universidad de Yale en el año 2015 reportó que prácticas de Mindfulness como la meditación disminuyen la actividad de un grupo de regiones en el cerebro llamadas Default Mode Network (Red Modo Predeterminada del Cerebro). Se determinó que esta red muestra niveles más bajos de actividad cuando prestas atención a una tarea en particular, lo que hace que disminuya la dispersión de tus pensamientos y tengas más capacidad de concentración y foco al momento presente, siendo capaz de disfrutar las virtudes que este te ofrece.
La dispersión mental te hace perder tiempo, te mantiene ansioso, inquieto e infeliz. La capacidad de concentrarte en tus objetivos para lograr las metas que tienes establecidas requiere de concentración y foco. La práctica de Mindfulness te conecta cada vez más con el momento presente, donde todas las oportunidades están expuestas y solo esperan por ti para que las tomes y hagas el mejor uso de ellas.
Es justo y necesario calmar la mente para desarrollar tu capacidad de estar consciente. Ya tienes mucha experticia en pensar, ahora te toca aprender a pausar. Aplicando esto verás como disfrutarás la vida con más gozo y balance.
Mindfulness, una herramienta efectiva para regular nuestras emociones.
Richard Davidson, fundador y director del Center for Healthy Minds en la Universidad de Wisconsin, menciona que cuando te enfrentas al estrés hay una reacción emocional que perdura durante más tiempo del que le gusta a tu sistema nervioso. Me explico, el detonante que disparó las alarmas del estrés aunque ya no esté presente, te hace continuar angustiado y ansioso por eso que te sucedió. Un buen ejemplo es un choque, un asalto, una discusión con alguien importante en tu vida. Davidson señala que hay una parte de tu cerebro que se llama la amígdala la cual está ligada a las emociones, en particular al estrés, el miedo y la ansiedad. Cuando te quedas rumeando en la situación estresante que viviste, la amígdala se activa de manera prolongada. Explica que la práctica de Mindfulness hace que tengas una recuperación más rápida después de este tipo de eventos, pues ayuda a que tu amígdala vuelva a su funcionamiento balanceado, lo cual es un proceso clave para ser más resiliente ante las situaciones difíciles.
La práctica Mindfulness es la filosofía de conectarte con tu vida y hacerte responsable de ti mismo a través del desarrollo de tu atención y ejerciendo autocontrol para resistirte a las distracciones. Es un estilo de vida a través del cual aprendes a manejarte de forma positiva contigo mismo, tu entorno y tus relaciones interpersonales, observando de cerca la tertulia interna y cambiando tu relación con ella para integrar cada acto de tu vida como parte de tu propósito.
¿Dónde podemos tomar cursos de Mindfulness?
Teniendo en cuenta que una de las técnicas para practicar Mindfulness es la meditación, puedes tomar cursos con profesores preparados para ello.
A través de mis redes sociales: @yogaclo y www.claudiafigueredo.com puedes participar en los cursos de meditación que ofrezco anualmente. También puedes visitar la cuenta de Mercedes Pecchio, @esencia.mindfulness quien enseña el protocolo (MBSR) Mindfulness-Based Stress Reduction.