Hoy les quiero hablar del malévolo ego. Con el tiempo me he dado cuenta que se ha satanizado un poco lo que conocemos como “el ego”. Se ha vendido como algo malo y la realidad es que gracias al ego podemos desarrollarnos dentro de la sociedad, como profesionales, en el hogar, en las relaciones con el resto del mundo, en cualquiera de los roles que nos definen.
Todos tenemos ego, ya que es parte de tu identidad, este viene con una serie de características que en conjunto forman tu personalidad necesaria para cumplir con tu misión de vida, tu dharma.
El ego lo vamos a denominar “ser”, que es totalmente diferente al “SER”, el SER es tu fuerza de vida, es tu alma, es la presencia divina en ti.
El problema surge cuando nos identificamos demasiado con el ego, con el “ser”, es decir, con alguno de tus roles, como ser mamá, papá, presidente de una empresa, amiga indispensable y así un sin fin de roles. Cuando alguno de estos roles pasa a ser lo más importante y nos conectamos totalmente con esa función, es cuando empezamos a sufrir.
El ego necesita tener un enchufe, una conexión, una vía directa a tu SER, que es de donde emana tu fuerza de vida, es el espacio que habita en lo más profundo de ti, y habita en el centro de tu esternón. Y este SER siempre está esperando que el ego se conecte con su espacio divino, porque desde ahí se puede conectar con la divinidad, con la naturaleza y con todo aquello que se pierde de la vista de nuestro identidad.
El “ser” se asusta, se siente frágil, se paraliza ante situaciones que no puede controlar, ante situaciones desconocidas, pero el SER no, el SER es sabiduría, es una fuerza inquebrantable que si logras sentir e identificar no habrá circunstancia que te haga sentir aislado, solo, desamparado.
Te invito a que conectes tu “ser” pequeño, el ego, con el SER más grande, el SER que va mucho más allá de tus roles.
Lo más importante para lograr conectarte es querer hacerlo y cerrar los ojos para mirar adentro, mirar tu cuerpo sutil, que son tus emociones, tus pensamientos, tu respiración y así llegar a ese espacio silencioso, que no se afecta por los pensamientos y que siempre está ahí.
Te invito a que escuches la meditación para desconectarte de tus roles y conectar con tu SER por la app Insight Timer gratuita, búscame como Claudia Figueredo.